viernes, 19 de octubre de 2012

Justicia por Mariano Ferreyra: marchamos este sábado


El próximo Sábado 20/10 se cumplen dos años del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de una patota de la burocracia sindical, que hoy se encuentra en manos de la justicia. El crimen de Mariano Ferreyra fue producto de una complicada trama de complicidades que empieza a salir a la luz en el marco del juicio que se está realizando. El asesinato se inscribe en un contexto de lucha de los trabajadores precarizados del ferrocarril, empleados de manera tercerizada por empresas parasitarias de las concesionarias de servicios públicos. El conflicto por las tercerizaciones, sin embargo, no es exclusivo del ferrocarril: existe en otras empresas privatizadas, como, por ejemplo, las de telefonía fija.

A partir del crimen de Mariano se ha puesto explícita y violentamente de manifiesto la complicidad entre la burocracia sindical (garantía de los procesos de privatización y de los ajustes y despidos durante los ´90 y 2000 en las empresas públicas) y empresas privatizadas, las cuales se benefician de los subsidios, del mercado cautivo y del “ahorro de costos” que implica la tercerización de empleados, quienes perciben sueldos de hasta un tercio de lo que cobran los trabajadores de planta. Incluso algunas de estas empresas son manejadas por miembros de la Union Ferroviaria [http://po.org.ar/mariano-ferreyra/2012/10/12/dia-26-ugofe-y-las-tercerizadas-la-gran-estafa/]. Queda claro que la búsqueda por generar altos porcentajes de ganancia por las empresas privatizadas, así como la necesidad de que los negocios de la burocracia sindical no desaparezcan, llevó a que el “sindicato” enfrente con balas al movimiento de trabajadores que lucha por condiciones dignas y justas de trabajo.

El crimen de Mariano Ferreyra mostró una vez más el visto bueno del gobierno a una policía que respalda acciones mafiosas. La policía federal fue responsable, colaborando activamente, de la habilitación de zonas liberadas en favor de la patota ferroviaria, y liberando el camino para que éstos luego de los disparos pudieran escapar.

Luego de años de gobiernos K, no solo las privatizadas han sobrevivido y la burocracia sindical se ha convertido en un bastión fundamental del gobierno, sino que muchas empresas privatizadas han sido “premiadas” con nuevos contratos, como lo muestra el propio caso de UGOFE (Unidad de Gestión operativa Ferroviarias de Emergencia), compuesta en el momento del crimen por TBA, Ferrovías y Metrovías, -hoy TBA se encuentra afuera, luego de lo sucedido en el crimen de Once-, la cual tomó el servicio de la Línea Roca luego de la rescisión en 2007 de los contratos con la empresa “Metropolitano”. Es esta burocracia sindical la que, a su vez, devuelve el favor que el gobierno le hace colaborando en su proyecto político, como se ve en numerosos actos oficialistas y en la persecución a las alternativas de izquierda dentro del movimiento obrero. Asimismo, llama poderosamente la atención el contacto telefónico que se dio a conocer después del asesinato, entre el entonces Ministro de Trabajo, Carlos Tomada -quien debería escuchar las demandas de los trabajadores- y el propio José Pedraza, donde dicen tener “controlado el tema de los tercerizados en Ferrovías”.

Como si todo este entramado turbio no fuera suficiente para develar el carácter mafioso de la burocracia sindical y sus cómplices, hace pocos días asistimos al indignante secuestro y desaparición por casi 24 horas de Alfonso Severo, un testigo que supone ser clave con sus declaraciones en la causa contra Pedraza.

En vistas de todo esto, resulta fundamental recuperar y reivindicar el rol de las organizaciones sociales y políticas del campo popular en la lucha de los trabajadores tercerizados, lo cual plantea desafíos de unidad cada vez más importantes para avanzar en profundas transformaciones para nuestra sociedad.
Por todo esto, desde Geoide convocamos a marchar el sábado 20/10 de Congreso a Plaza de Mayo a las 15hs. bajo la consigna “Justicia Por Mariano Ferreyra” pero teniendo la convicción de que la lucha de Mariano y de todos los trabajadores del FFCC, es una lucha más amplia, que necesariamente contempla un modelo sindical diferente que realmente defienda los intereses de los trabajadores y no de los empresarios y un sistema de transporte público alternativo al vigente (hoy en manos de empresas privadas), de gestión social y orientado a prestar un servicio de calidad y no a llenar los bolsillos de empresarios (y “sindicalistas”) inescrupulosos. En suma, una sociedad diferente a construir y reconstruir antes y luego de cada una de nuestra prácticas pedagógicas, militantes y laborales.

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