miércoles, 23 de octubre de 2013



La Ciudad como Derecho en Disputa



Sólo la asunción de la plani cación por la clase obrera
y sus mandatarios políticos puede modi car profundamente la vida
social y abrir una segunda era: la del socialismo, en los países
neocapitalistas. Hasta entonces, las transformaciones permanecerán
en la super cie, en el nivel de los signos y el consumo de signos,
del lenguaje y del metalenguaje. Sólo pues, con determinadas
reservas cabe hablar de revolución urbana”
Lefebvre, El Derecho a la Ciudad


Un concepto polisémico… y polémico
El problema del derecho o acceso a la ciudad poco a poco se instala en la agenda de los estudios sociales, ciertamente porque responde a crisis socio-ambientales-habitacionales insoslayables. También, porque aparecen movimientos sociales y políticos que comienzan a revisar estas cuestiones. Si algo caracteriza a la noción de “derecho a la ciudad”, inaugurada por Lefevbre, ya hacia nes de los años 60, y retomada en los últimos años por autores como Harvey, Borja y Garnier, es el hecho de tratarse, como dice Harvey, de un “signi cante vacío”, cuya de nición está teñida, por tanto, de una gran vaguedad. Cuando hablamos de “derecho a la ciudad”, pues, lo primero a comprender es que se trata de un concepto en disputa. Esto da cuenta de su carácter político, y de la grancarga ideológica que éste contiene: del modo en que entendamos el “derecho a la ciudad” dependerá el análisis que hagamos de la realidad, así como las estrategias desplegadas para alcanzarlo. En efecto, a pesar de la gran vaguedad que encierra el término, existe un acuerdo indiscutido: el derecho a la ciudad es algo a alcanzar, es decir, un derecho que hoy no está garantizado para grandes sectores de la sociedad.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a nes de 2012 terminó de instalarse en la agenda de numerosas organizaciones sociales la cuestión del derecho a la ciudad, a raíz del con icto suscitado por la confección de un paquete de leyes consensuadas por el kirchnerismo y el Pro, habilitando y facilitando a los desarrolladores inmobiliarios una participación hegemónica en la producción de ciudad, en detrimento de la clase trabajadora.

Las legislaciones impulsadas apuntaban en gran medida a un desarrollo urbano dirigido a sectores de alto poder adquisitivo, el cual, no padece problemas de acceso a la vivienda formal, al transporte, educación, etc.; es decir, al derecho de vivir dignamente en la ciudad, a diferencia de la creciente población de las villas miserias, de aquellos que se encuentren en situación de habitabilidad precaria y, en el peor de los casos, de la población en situación de calle que difícilmente se encuentren en condiciones materiales de ejercer dicho derecho. En rigor, a partir del mencionado con icto surgieron algunas preguntas estimulantes para re exionar y comenzar a “llenar” de signi cado el concepto de derecho a la ciudad, ¿ciudad para qué y para quiénes? ¿cuales son los mecanismos de participación ciudadana? ¿alcanzan? ¿dónde radican sus limitaciones? ¿es posible pensar en otro tipo de ciudad? ¿cómo? Jordi Borja considera la expresión “Derecho a la ciudad” como una “conquista social e intelectual de la última década”. Entre los académicos, la mayoría de las veces es asociado al acceso a la vivienda formal urbana, y a la infraestructura y servicios. Sin embargo, en los últimos años se suele reconocer esa interpretación como un “reduccionismo viviendista” y se complejiza, entendiendo que, en palabras de Borja, “el derecho a la vivienda, sin derecho a la movilidad, al trabajo, a la centralidad, no es su ciente para formar ciudadanos”
Lo que se observa cuando uno empieza a prestar atención a estos temas es que, al analizar artículos, libros,
paneles, conferencias, etc., en todos los casos, los diagnósticos y las conclusiones son similares, y oscilan entre los siguientes postulados:
+ Existen legislaciones, pero no se cumplen. Requerimos de “voluntad política” para aplicar las recetas, y
así lograr el derecho a la ciudad (concepto por cierto asociado casi exclusivamente al acceso a la vivienda, aunque
en los postulados generales se pronuncie como algo necesariamente más amplio)
+ El neoliberalismo arrasó con las ciudades. Hay que revisar el papel del estado, quien debe ser el garante
de este derecho para todos los ciudadanos.
+ Los gobiernos corruptos imposibilitan el avance hacia estos derechos
+ Los avances que se logran son después de grandes luchas y en relación fundamentalmente a la titularización de las tierras ocupadas (legalización del dominio).
En todas estas conclusiones se observa como elemento común la importancia que se le asigna al rol del estado como garante de derechos. Por el contrario, no son habituales análisis que den cuenta de la lógica de producción y reproducción material y discursiva dominante, a partir de la cual se estructura la realidad y se interviene en ella. Lo que queremos decir es que el modo de producción capitalista se naturaliza de manera tal que la producción de discursos respecto al derecho a la ciudad queda subordinado al mismo, acumulándose numerosas conclusiones que intentan dar respuesta a los problemas urbanos dentro del “paradigma capitalista”.
A su vez, existe un elemento que también subyace en muchos planteos sobre el Derecho a la Ciudad: es común observar cómo el problema se suele explicar por el Neoliberalismo, y no por el Capitalismo como modo de producción. Esto está en estrecha relación con los planteos estatistas antes señalados.
A partir de estos axiomas presentes en los discursos académicos y también políticos acerca de la producción social del hábitat, a saber: 
a) el problema está en el rol que asume el estado,
b) neoliberalismo y capitalismo son la misma cosa, nos preguntamos ¿es posible pensar el ejercicio del derecho a la ciudad en términos capitalistas, si para acceder a vivienda digna, transporte, educación, etc. son imprescindibles condiciones materiales especí cas, que por de nición se encuentran distribuidas desigualmente en el seno de una sociedad de clases?

Pensar y debatir, actuar y disputar: Geoide y el Derecho a la Ciudad en la CABA
Estas re exiones acerca del Derecho a la ciudad, surgen de la lucha y la intervención de Geoide en diferentes
ámbitos, como la audiencia pública realizada el año pasado, a partir del denominado “Pacto Pro-K”, y los esfuerzos colectivos, abiertos y autogestionados, como el GLUP (grupo de lecturas por una urbanización participativa), espacio donde nos hemos encontrado para discutir con muchos compañeros de la carrera, pero también de otras carreras, e incluso de otras universidades. Problematizar la producción social de las ciudades fue y es un objetivo central del GLUP.
Desde Geoide siempre destacamos la importancia de sostener una dialéctica de construcción del conocimiento. Es importante, siempre decimos, construir desde la praxis. Y es desde esta perspectiva que surgió el GLUP: nuestra militancia en la Mesa por la Urbanización Participativa de la Villa 21/24, en Barracas, nos llevó a re exionar sobre los alcances de ese proyecto, no sólo para el barrio sino para la Ciudad toda. Antes que pensar ¿qué implica la “urbanización” de las villas? ¿qué signi ca que sea “participativa”?, nos parece importante comprender las lógicas subyacentes de producción de la ciudad: ¿por qué las villas existen? ¿cómo y para quiénes se produce ciudad?
Entonces, una cosa fue llevando a la otra: de la Mesa al GLUP, y del GLUP al… Bachi. Aunque todo el año pasado participamos de un Seminario de Promotores Urbano-Ambientales, acercando la re exión sobre los problemas ambientales y también la Urbanización Participativa de la Villa, a través de la Cartografía Social, este año decidimos dar un paso más en el barrio, y aportar al Bachillerato Popular de Jóvenes y Adultos en Derechos Humanos de la Villa 21/24, como profes. ¿Y cómo se llama la materia?: Derecho a la ciudad. El gran desafío es levar las re exiones del GLUP al bachi, acercando herramientas para que los vecinos también comiencen a pensar la ciudad, el barrio y el propio proyecto de urbanización de la Mesa de manera crítica. Creemos que es una buena forma de compartir re exiones que suelen quedar enfrascadas en la academia. Discutir con los compañeros del Bachi cuestiones como la segregación socio espacial, gentri cación, leer juntos a Harvey, y a la vez tener siempre presente dónde pisamos, nuestra realidad material, los con ictos de éste barrio y ésta ciudad, nos resulta una tarea más que interesante y enriquecedora.
En este vaivén entre la re exión teórica y la acción en el territorio, el GLUP nos llevó también a acercarnos a la experiencia de nuestro primer EGAL (Encuentro de Geógrafos de América Latina). Porque disputar la construcción del conocimiento también es un objetivo de Geoide, algunos compañeros escribimos y presentamos una ponencia, con el desafío de mostrar nuestra mirada sobre la plani cación urbana para el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en relación a la plani cación estratégica y al Derecho a la ciudad.
El trabajo condensa las re exiones alcanzadas en el marco del GLUP y los con ictos que atraviesa nuestra Ciudad, sedimentando conclusiones, posiciones y nuevas preguntas para seguir adelante.
Además de nuestro trabajo territorial en la Mesa y el Bachi, desde Geoide venimos tratando de intervenir en la Ciudad también en otros barrios. Hace pocos meses, junto con agrupaciones amigas, formamos “Ciudad para quiénes”, un colectivo dispuesto a “desnaturalizar la idea del Distrito Tecnológico (DT) como motor del desarrollo de los barrios del sur”. Parque Patricios, Pompeya y en menor medida Boedo son los barrios que están recibiendo los impactos de las políticas del DT, iniciativa que replica medidas que ya han sido aplicadas en muchas otras ciudades del mundo, e incluso en otros barrios porteños, en el marco de la Plani cación Estratégica.
Con este trabajo nos interesa, por un lado, hacer un seguimiento de los impactos de la aplicación del DT. Partimos de la hipótesis de que este tipo de valorización de la ciudad, bajo una lógica de producción capitalista, sólo eleva el costo de vida de los habitantes, a través del aumento del valor del suelo y de los gastos domésticos (impuestos, productos de reproducción básica), transformándose en barrios que expulsan pobladores vulnerables, en favor de otros que pueden asumir el nuevo “costo de vida”. Estamos hablando, por lo tanto, de procesos de gentri - cación. Por eso nos preguntamos ¿para quiénes “se están poniendo lindos nuestros barrios”? Por otro lado (pero no tanto), nos interesa que las discusiones acerca de qué ciudad y para quiénes salgan de la universidad; que el fenómeno de la “gentri cación”, de moda entre intelectuales y algunos militantes, sea algo conocido y visualizado por todos. Que nos sirva como herramienta para pensar y luchar en la ciudad. El Bachi y Ciudad para quiénes son dos iniciativas en este sentido.
Y… ¿qué pasa en la carrera de geo con el Derecho a la ciudad? Lo que se puede ver en las aulas, es que existen áreas de estudio desde las cuales estas re exiones se podrían produndizar, aunque esto no ocurre. En general, el derecho a la ciudad aparece por fuera de las aulas, por ejemplo, el año pasado con el GLUP, y este año entre los estudiantes en el marco del ENEG. Esto pareciera responder a un programa político y al carácter de clase de la universidad, que no tiene como objetivo alcanzar estas re exiones, sino más bien reproducir discursos que de nada sirven para pensar en nuevos tipos de ciudad (no capitalistas, por ejemplo): el paradigma hegemónico no es revolucionario. Este año, como ya es sabido, la regional UBA tiene a cargo la organización del ENEG. El derecho a la ciudad, justamente, será el eje del encuentro, y las entradas de campo estarán, pues, orientadas por esa problemática. En este marco, desde Geoide venimos pensando varias entradas, que sirven para visualizar este problema en nuestra ciudad.




sábado, 24 de agosto de 2013

"Proyecto de relevamiento popular, investigación y acción en el Distrito Tecnológico, Parque Patricios"

Un relevamiento popular en el Distrito Tecnológico.

Los barrios de Parque Patricios y Pompeya se están viendo afectados por una serie de políticas que apuntan a la “revalorización”. Entre ellas, la más importante es la puesta en marcha del “Distrito Tecnológico” (DT), promulgado en diciembre de 2008, mediante la ley 2972, la cual busca implementar políticas de fomento para las personas físicas o jurídicas radicadas y, cuya actividad principal en el mismo se refiera a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Mediante esta política, se exime a las empresas radicadas en el distrito del pago del ABL e Ingresos Brutos por 10 años, así como del impuesto a sello por las operaciones inmobiliarias necesarias para su instalación y otros beneficios. Se promueven créditos a tasas bajas para la instalación de empresas TIC, y también para la compra de viviendas por parte de nueva población vinculada a estas industrias. Mientras tanto, el aumento del ABL para los habitantes de esos barrios viene en aumento.

A pesar de que la “revalorización” del barrio a través del DT es presentada como una política exitosa, la radicación de empresas y el consecuente proceso de valorización inmobiliaria puede traer como consecuencia, como ha pasado y sigue pasando en muchas ciudades, la expulsión de los habitantes tradicionales, a través de mecanismos como el aumento de impuestos, alquileres, productos de consumo básico, etc. Esta “revalorización”, entonces, sólo existe para quienes pueden pagarla. En vez de planificar una ciudad para satisfacer las necesidades del bien común, este modelo de “revitalización” está pensado para los dueños de las empresas. Sin embargo, estos procesos están naturalizados, y muchos habitantes de esos barrios no ven los efectos de ello hasta que es demasiado tarde, cuando comienzan las expulsiones (directas e indirectas). La gentrificación, entonces, cierra su ciclo.

Es por ello que un colectivo de organizaciones que trabaja desde el derecho a la ciudad planteamos la necesidad de comenzar un trabajo político en el barrio, tendiente a desnaturalizar la “revalorización” que proponen los gobiernos y las empresas. Planteamos la realización de un relevamiento colectivo, con el objetivo de conocer a fondo la situación del barrio y de identificar los diferentes elementos que hacen a la ejecución silenciosa de este proyecto de ciudad excluyente. Aprender a identificar estos procesos es una parte fundamental de la acción política para transformar nuestros barrios, desde un proyecto que contemple las necesidades reales de sus habitantes, y no desde aquello que el mercado decide que es mejor.

Los invitamos a participar del relevamiento, que se llevará a cabo el sábado 31 de agosto, a las 11 hs. Nos encontramos en el Centro Cultural El Cántaro (Caseros 2516, casi Jujuy). Para más información, pueden escribir a geoide.enrevolucion@gmail.com

La gentrificación no nos es invisible a los ojos!

Chico Mendes, Destapiadas y Geoide en Revolución


lunes, 12 de agosto de 2013

La pirámide de la UBA: ¿quién gobierna la universidad? ¿Qué son y cómo funcionan los órganos de co-gobierno?

La pirámide de la UBA: ¿quién gobierna la universidad? ¿Qué son y cómo funcionan los órganos de co-gobierno?
Asamblea Universitaria:
Está formada por los miembros del Consejo Superior y de los Consejos Directivos de las Facultades

Sus atribuciones giran en torno a la elección o suspensión del Rector, creación, suspensión o división de facultades y la modificación del estatuto universitario.
Consejo Superior:
Conformado por 29 miembros:
1 Rector
13 Decanos
5 representantes de Profesores
5 representantes de Graduados
5 representantes de Estudiantes

Ejerce “la jurisdicción superior universitaria”, puede crear, modificar o suprimir carreras, designa al vicerrector y los secretarios, aprueba “el presupuesto anual para la Universidad, las cuentas presentadas por el Rector y la inversión de los fondos asignados al Consejo, a las Facultades y a los demás establecimientos”, entre tantas otras atribuciones.

Consejo Directivo: tiene 17 miembros:

1 Decano

8 representantes de Profesores

4 representantes de Graduados

4 representantes de Estudiantes.

Entre sus atribuciones se encuentra designar un

decano y un vicedecano, “ejercer, en última 

instancia, jurisdicción policial y disciplinaria dentro 

del ámbito de la Facultad.”, “dictar las 

disposiciones según las cuales deberán efectuarse 

los concursos para la designación de docentes”, 

“aprobar los programas de enseñanza proyectados 

por los profesores”, “prestar aprobación a la 

designación de docentes interino”, entre otras.

Junta Departamental: tiene 11 miembros
1 Director
4 representantes de Profesores
3 representantes de Graduados
3 representantes de Estudiantes.

Las juntas tienen atribuciones para asignar funciones a los docentes, programar el calendario académico (oferta de materias y de horarios), proponer jurados para concursos, socializar la información y atender sugerencias y requerimientos de cualquier miembro de los tres claustros. Sin embargo, el carácter de estos órganos es meramente consultivo.

Para más detalle sobre las funciones y reglamentaciones de estos órganos, consultar el Estatuto de la Univeridad de Buenos Aires, disponible en: http://www.uba.ar/download/institucional/uba/9-32.pdf

Si analizamos cada claustro en particular podemos observar como un grupo minoritario es quien, en realidad, gobierna la universidad:


Profesores

Sólo votan en calidad de

profesores aquellos 

docentes que son

Titulares, Adjuntos o 

Asociados. Con lo que 

nos encontramos 

entonces es con 2.000

docentes de 40.000 

(un 5%)que vota y tiene 

la mayoría en todas los 

órganos de “cogobierno”.

Graduados

En este claustro votan 

no sólo los “graduados 

puros” sino que frente a 

la inexistencia de 

un claustro único 

docente

, los JTP o Ayudantes 


poseen representación 

en calidad de 

graduados..

No Docentes

Poseen sólo voz 

en los órganos de 

“cogobierno” y se 

les niega el voto

Están excluidos 

de todo tipo de 

decisión en la 

universidad.
Estudiantes

A pesar de ser alrededor de 

300.000 

mil estudiantes los que 

componemos la UBA, la 

representación con la que 

contamos en las instancias 

de “cogobierno” es 

minoritaria en relación a los 

claustros de Profesores y 

Graduados,lo que hace 

imposible/ muy difícil 

incidir en las decisiones 

que allí se toman.

Cómo se refleja esto en nuestra carrera:
La Junta Departamental de Geografía es el órgano de co-gobierno de nuestra carrera. Las decisiones que se toman en la Junta deben pasar por el Consejo Directivo (CD) porque en la medida en que las Juntas son sólo consultivas, aquello que allí se vote deberá ser aprobado o rechazado luego por el CD. Si bien la mayoría de las veces suelen aprobarse las resoluciones de la Junta, esto no siempre sucede. Por ejemplo, hace unos años en Junta se aprobó el rechazo de los fondos a la Alumbrera y en CD se rechazó.
Desde Geoide en Revolución participamos de la Junta desde hace ya 7 años y consideramos a ésta como uno de los muchos lugares desde los que pueden lograrse cambios en nuestra carrera, de allí la importancia de ser parte de las decisiones que atañen a la Geografía y de representar al claustro estudiantil en esta instancia.

¿Qué cosas logramos participando en la Junta Departamental?
A través de la participación en dicho espacio logramos que las materias obligatorias se cursen luego de las 17 hs. (para que quienes trabajamos podamos estudiar); conseguimos los avales de los ENEGs; formamos parte del establecimiento de los criterios de designación docente y asignación de rentas; elevamos el nivel de politización de la Junta, algo que puede observarse en el rechazo a los fondos de La Alumbrera y en la lucha incesante contra las acreditaciones que se materializó en un Panel en el que pudimos discutir masivamente la acreditación de nuestros profesorados y recientemente en la concreción de unas jornadas para debatir el tema de Democratización (debate al que pretendemos contribuir, justamente, con este material).
Estos logros fueron producto de grandes esfuerzos y de la movilización de los estudiantes. ¿Por qué? Porque pese a que el claustro de estudiantes esté compuesto por la mayoría de personas de la comunidad académica, nos encontramos en una situación absolutamente desfavorable en todas las instancias de representación. Además de esto, por las propias reglamentaciones de la facultad, nos encontramos con un claustro de graduados compuesto por muchos profesores que hace años dan clases en la facultad, volviéndose la representación en Junta prácticamente de 7 profesores y 3 estudiantes; sumado el director de la carrera (otro/a profesor/a, que sólo vota en caso de empate, pero que siempre deja explícita su posición).
Pero, entonces, ¿quiénes  toman realmente las decisiones sobre nuestra carrera? Sí, los profesores.

Por otra parte, se suma el agravante de que más de una vez, nos encontramos con que representantes de profesores, graduados (y muchas veces también de estudiantes) ni siquiera muestran predisposición a debatir ciertos temas. Muchas veces se retrasa el tratamiento de ciertos temas porque diversos representantes expresan desconocimiento en reiteradas juntas.
La propuesta de la Asamblea de Geo, llevada a la Junta
A raíz del proceso iniciado en Historia* y tomando como base el proyecto elaborado por la comisión directiva del CEFyL presentado en varias juntas, presentamos la propuesta elaborada en la última Asamblea de estudiantes de Geografía de realizar una jornada de discusión entre los diferentes claustros acerca de la composición y funciones de la Junta Departamental. A partir de dicha propuesta, y luego de acordar la importancia de dar la discusión para todos los claustros -y también teniendo en cuenta que el Martes 2 de Julio se presentó en CD un proyecto para realizar unas jornadas de discusión respecto al tema de democratización de los órganos de cogobierno (cuyo tratamiento pasó a comisión)- se discutió qué forma darle a este espacio.
Luego de un extenso debate, se acordó la realización de un Taller de discusión sobre el funcionamiento de la Junta Departamental de Geografía el día lunes 26 de agosto a las 17hs. En él se trabajarán los siguientes ejes:

  • Representación de los claustros.
  • Conformación de los claustros.
  • Funciones de la junta.
  • Funciones del director de la carrera.
  • Modo de elección del director.

Como insumo para la discusión se tomará el reglamento de la Junta Departamental que enviamos adjunto por mail. Si no lo tenés, ¡pedilo!

¿Por qué es importante nuestra presencia? ¿En qué nos afecta concretamente esta composición de los órganos de co-gobierno?

Básicamente, porque es a través de la representación de nuestro claustro que podemos hacer oír nuestras reivindicaciones (más becas de apuntes y de investigación, renovación y apertura de cátedras, concreción del proyecto del nuevo edificio, mayor oferta horaria de materias, entre tantas otras ) y luchar por ellas. Es importante entender los espacios y prácticas políticas en nuestra Facultad enmarcados dentro de una estructura que responde a un modelo de universidad, sin entrar en un falso debate de “lucha de claustros”, y teniendo como perspectiva que la forma de cambiarlo es dando una lucha de conjunto por la democratización.

Desde Geoide creemos que, hoy por hoy la única forma de equiparar las fuerzas es haciéndonos escuchar mediante la imposición de nuestras voces, a través de la movilización. Por eso mismo, los invitamos a participar de la Junta y del taller, para demostrar que no estamos sólos ni callados, que nos interesa conocer y debatir el funcionamiento de nuestra carrera, facultad y universidad, porque somos parte de él, y queremos cambiarlo.

Te invitamos por eso a leer críticamente el reglamento que determina las funciones y atributos de nuestra Junta Departamental. Nosotros ya incorporamos algunos comentarios, como puntapié para problematizar los que, creemos, son los puntos más significativos a la hora de pensar la democratización de este órgano de “cogobierno”. Te invitamos entonces a seguir la discusión con este material y participando en la próxima asamblea de Geografía (lunes 12 a las 19hs) y en las Jornadas sobre Democratización (lunes 26, 17hs).




*¿Qué pasó en Historia?
En el caso de Historia, a diferencia de las otras carreras, desde el año 2009 el director es elegido en asambleas interclaustros, mandatado por un programa. Esto ha dado lugar entre otras cosas al surgimiento de cátedras paralelas y a la creación de instancias masivas de discusión del plan de estudios de Historia.
Este año, en una asamblea interclaustro de 500 compañeros, ganó por mayoría la decisión de darle continuidad al mandato de Mariano Rodriguez Otero como director de la carrera. Este pronunciamiento mandataba a las representaciones de los claustros de graduados y estudiantes, comprometiéndolas a votar en la Junta el director.
Pero en la Junta realizada el día 22 de Abril, los profesores presentaron una lista única en la que propusieron como candidato al profesor Marcelo Campagno, y a la que, haciendo caso omiso al mandato de la asamblea, se sumaron “La Mariátegui” (mayoría estudiantil) y “Haciendo Historia” (minoría de graduados). Se llevó a cabo la votación y por la re-reelección de Mariano Rodriguez Otero votaron 3 representantes (graduados por mayoría y estudiantes por minoría), mientras que por la candidatura del profesor Marcelo Campagno votaron seis representantes (tres profesores, un graduado, y dos estudiantes por mayoría). De esta manera fue designado como director Marcelo Campagno.
Más allá de uno u otro director, lo concreto es que se trató de vaciar de legitimidad el ámbito plural y democrático de la asamblea. Se generó un pacto al interior de la Junta, no teniendo en cuenta los intereses del conjunto de la comunidad académica de Historia, manifestados en una Asamblea Interclaustros.
La designación de Campagno, despertó nuevamente el debate sobre la democratización de las Juntas departamentales. Los compañeros de Historia convocaron distintas asambleas donde discutieron la elección y los órganos de co-gobierno. En una de ellas se  determinó llevar a cabo un plebiscito (en el mes de Mayo) para decidir sobre la composición de la Junta departamental y las funciones del director.